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Como
seguramente sabrás, a comienzos de 2006 se celebró el importantísimo Torneo de
Linares, en esta ocasión dividido en dos partes, la primera de las cuales se
desarrolló en la ciudad de Morelia, México y la segunda, por supuesto, en
Linares, España. ¿Seguiste atentamente
el desarrollo del torneo?, ¿recuerdas cómo fue el desempeño del reinante
campeón del mundo? Si no, déjame
contarte. Veselin
Topalov venía de un 2005 insuperable, vencedor entre
otros torneos del mismo Linares -donde empató con Kasparov-
y por supuesto, del Torneo de Candidatos de San Luis Argentina, en el cual se
coronó campeón antes de la última ronda. Con semejante palmarés, todas las apuestas
para Linares 2006 estaban a favor de un dominio inobjetable de Topalov, sin embargo, ¿qué ocurrió? Que en Morelia, Topalov,
para sorpresa de todos, perdió una partida tras otra, incluso contra los
oponentes menos fuertes, clasificándose penúltimo al final de esta primera
parte. Ya en la ronda de Linares, Topalov se recuperó y escaló posiciones en forma
sorprendente, clasificándose segundo al final del torneo.
-¿Qué
ocurrió a Topalov en la ronda de Morelia, le afecto
el clima, o la diferencia de horarios, o los chiles mexicanos?-. Sin embargo contra estas explicaciones,
tenemos que todos los jugadores eran europeos, acostumbrados por tanto a las
mismas condiciones de Topalov y solo en él, se
verificó este rendimiento irregular. -¿Entonces?-,
yo me atrevo a lanzar una teoría, cuyo fundamento no es nuevo, pero si poco
conocido, debido a la escasa atención que la ‘academia científica’ le ha
prestado: En la ronda de Morelia el biorritmo
intelectual de Topalov estaba en su período bajo,
en la ronda de Linares su biorritmo
intelectual estaba en el período alto.
-¿biorritmo?, ¿acaso es un
nuevo baile para mejorar el rendimiento intelectual?-. No, por supuesto, comenzaré
por contarte rápidamente la historia de la teoría
del biorritmo.
A
fines del siglo XIX, WILHEIM FLIESS,
médico alemán, especialista en nariz y garganta, al comparar las historias
clínicas de pacientes que padecen enfermedades contagiosas, considerando el
inicio de la enfermedad y su evolución, concluye que no todos los enfermos se
caracterizaban por presentar similares cuadros al mismo tiempo.
Funda
así su teoría sobre los ritmos biológicos, comprobando que había uno de 23 días
llamado Ritmo Físico y otro de 28 días denominado Ritmo Emocional, según los
cuales, el estado físico y el emocional evolucionan a lo largo del tiempo
pasando por períodos bajos y altos sucesivamente. Propone que ambos están presentes en cada
célula del organismo humano y se relacionan con la fecha de nacimiento,
marcando altas y bajas.
FLIESS escribió
su primer libro sobre el tema, pero no tuvo eco entre sus colegas y científicos
quienes ignoraron su publicación.
HERMANN SRWOBADER, profesor de fisiología en la Universidad de
Viena, fue quien retomó la revolucionaria teoría, profundizó las
investigaciones y confirmó que existían los citados ciclos, dándole importancia
a los días críticos los cuales se originaban cuando el ritmo positivo pasaba a
negativo o viceversa.
Mas
tarde, el ingeniero ALFRED TELSCHER,
investiga y observa altibajos en cientos de alumnos universitarios,
y determina que el rendimiento de los mismos respondía a un ritmo intelectual
de 33 días.
El médico y escritor ARNOLD KRUMN HELLER se asocia con el matemático ALFREDO JUDT para investigar y observar a pacientes de un hospital de Alemania, obteniendo la confirmación del ritmo intelectual.
-¿Por
qué la teoría del biorritmo ha tenido
poca acogida dentro de la comunidad científica?-. Mira, pese a la contundente evidencia
estadística, la ‘ortodoxia científica’ se resiste a aceptar esta teoría, debido
a la concepción ‘determinística’ que subyace en ella, es decir, ‘la ortodoxia
científica’ se niega a aceptar que existan fuerzas en la naturaleza, que amenazan
con someter el libre albedrío, algo de lo que el hombre ‘no pueda escapar’. Sin embargo, aceptar la existencia del biorritmo no implica una actitud sumisa
de nuestra parte, una posición pesimista según la cual, decidimos quedarnos
encerrados en casa durante los períodos a
la baja, seguros que todo nos saldrá mal.
¡No!, no se trata de asumir esa actitud,
la utilidad de conocer nuestros biorritmos,
radica en que podemos programar con mayor eficacia nuestra agenda, dejando para
los días bajos aquellas actividades
de carácter rutinario y acometiendo en los días altos las actividades más exigentes a nivel intelectual. De no ser posible programar las actividades
intelectualmente exigentes, para nuestro período en alza -por ejemplo nos
resultaría imposible, exigir a los organizadores de Linares cuando nos inviten
en los años venideros
J, que aplacen el torneo quince días, mientras nuestro biorritmo entra en alza- por lo menos,
tendremos clara conciencia de asumir estas tareas con mayor nivel de cuidado y
atención. He ahí la verdadera
importancia de conocer el biorritmo,
sabemos ¡cuándo tomar medidas especiales para extremar la concentración!
-¿Cómo puedo conocer mis biorritmos?-. En
la Web encontrarás infinidad de sitios que te ofrecen la posibilidad de
introducir tu fecha de nacimiento e inmediatamente calculan tus biorritmos,
arrojando las respectivas gráficas, pero déjame decirte, que en mi concepto ¡no
sirven para nada! He hecho el ejercicio
de calcular mi biorritmo en varios de estos sitios y todos me entregan los
mismos resultados, esto indica que utilizan básicamente la misma fórmula, sin
embargo, sus gráficas no coinciden con mis estados en la vida real; vamos a
aclarar esto. Con anterioridad a profundizar sobre la teoría de los biorritmos
y conocer la existencia de sitios que prometen calcular los tuyos, había
elaborado y aplicado mi propia técnica para conocer mis ciclos, por eso,
después de investigar más sobre el tema y verificar cálculos en la Web,
encontré coincidencias sorprendentes y también diferencias interesantes A continuación detallaré la técnica que apliqué, la
cual, te resultará muy útil también a ti.
Inicié por llevar un diario, en el cual, anotaba al final de cada día, cómo había sido mi estado anímico, de salud, y mi desempeño intelectual. Para medir cuantitativamente la parte intelectual, programé diariamente un match a cuatro partidas con un Maestro Fide, amigo mío, que tiene una fuerza de juego un poco superior a la mía, a quien sin embargo, logro superar con regularidad. Después de cada match calculaba mi rendimiento y anotaba este porcentaje en mi diario. De este modo obtuve baremos entre 0% -Bueno, hasta Bent Larsen quedó 0-6 contra Fischer,J- y 62,5% (Superando a mi Maestro por 2½ - 1 ½). Pasados dos meses, me di a la tarea de estudiar y graficar los resultados, encontrando que mi desempeño superó el 50% aproximadamente cada 33 días, por su parte, las ocasiones de rendimiento igual a 0% distaban una de otra, también alrededor de 33 días. ¡Oh sorpresa, efectivamente el ciclo intelectual tiene un período de 33 días! Otro hallazgo sorprendente para mi, pero esta vez, debido a que no coincide con las gráficas usuales de biorritmo, es la cantidad de días que separan mi rendimiento máximo del mínimo, las gráficas usuales señalan un período de descenso igual a dieciséis días, pero en mi caso fue de ¡solo siete!, como se ve a continuación.
En conclusión, el declive de mi rendimiento intelectual es más rápido de lo que muestran las gráficas usuales y en contraposición, el ascenso es más lento. -¿Es decir, que el período de tu desempeño intelectual óptimo es más corto de lo normal?, ¡ay cuanto lo siento!-. ¡No!, observa bien la gráfica y te darás cuenta, que de todos modos el domo superior (desempeño intelectual óptimo) tiene la duración usual de 16 ½ días, solo que 13 días en ascenso y 3 ½ en descenso, mientras lo usual son 8 ½ días en ascenso y 8 en descenso. –Entonces no hay diferencia-. Yo creo que sí, fíjate, mi organismo pasa más días de lo usual en ‘tendencia al alza’ (aptitud orgánica de mejora) y en consecuencia, menos con ‘tendencia a la baja’ (aptitud orgánica de retroceso), lo cual debe ser, según mi apreciación, mejor.
Otra diferencia entre los
gráficos obtenidos de los sitios Web y el obtenido mediante mi técnica, es que
aquellos me indicaban el día de máximo rendimiento intelectual, cuando mi
gráfico (es decir, mi experiencia personal) por el contrario estaba en un día
del domo inferior, conclusión: Como dije anteriormente, no te fíes de ellos y
realiza tu propio seguimiento aplicando mi técnica.
Nota:
Si te ha interesado el presente artículo y deseas conocer más sobre otros temas, orientados a maximizar tu potencial
mental y desempeño ajedrecístico, como: Programación Neurolingüística
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Ingeniero
Mauricio Durán Toro
MBA
Universidad Politécnica de Madrid
PNL
Trainer
Bogotá,
Colombia
Celular 312 4 52 05 47